miércoles, 19 de enero de 2011

Ser feliz es fácil, si sabes cómo

Hay muchas maneras de vivir un día señalado, sea cual sea. En el caso del día en que cumples 32, los días previos son dignos de mención. Hay que planificar muy bien qué pasos vas a dar, y lo más importante, decidir si los vas a dar. Debes visualizar bien el conjunto, sin preocuparte mucho por la belleza de las partes. Esas, están garantizadas en toda celebración.
En primer lugar, no hay que desear con una necesidad imperiosa que venga todo el que conozcas; simplemente, tienes que recibir con una sonrisa a todos los que han venido.
En segundo término, está la elección del lugar. Ese puede ser cualquiera en el que tú mismo sientas estar en casa – puede ocurrir que tengas dos casas, eso también vale -.

Después, debes observarte a ti mismo: las cuerdas vocales tienen que estar afinadas y en su punto; los dedos, llenos de durezas en la parte de las yemas, cuidando de que no se ablanden por nada; el estómago, bien lleno con un arroz con pollo, tortilla de tres clases y paleta de jamón; y todo ello regado con buenas dosis de limón, sal y ranchera.

Por último, quedaría por añadir el ingrediente más maravilloso de todos; ese que marca la diferencia entre un buen plato, y el mejor plato; con él, los ojos se miran con fuego, las bocas expulsan el alma a gritos, los brazos se abrazan al compás; y su sola presencia se vive en todo el local: la emoción que nace en la música. Esto es fundamental...
Para finalizar, si la dulce condena de la resaca posterior te lo permite, el sabor de la mejor noche permanece en el paladar durante días.