jueves, 29 de noviembre de 2012

Ruinas




Hasta el más hermoso de los paraísos tiene sombras. La belleza esconde, a veces, ciertas arrugas que cuesta erradicar y en el momento más inesperado puedes conocer de primera mano cada detalle de esas arrugas, la clave del mecanismo de la enfermedad de una sociedad. Jamás escribí sobre cuestiones que se alejaran demasiado de la luna, porque es allí donde la paz es blanca y sin fisuras, donde se puede soñar a la vez que se vuela. Hoy me elevo un poco sobre la órbita prevista porque todo lo que impacta en nuestra superficie, debe ser contado…
“(…) Vienen en unas lanchas tiburoneras, vienen con dos motores de noventa caballos, dos motores fuera de borda. De allí vienen dieciséis horas, por mar. Compran la droga acá… Tengo un amigo que trabaja en la policía federal, ya no está porque no lo pueden dejar mucho tiempo en el mismo lugar. Un día platicando con él, estábamos tomando café porque yo me llevo con él hace años, me dice que a él le tocó estando allí en ---, me contó que estaba parado él en la carretera, esperando ¿no? Y ruummmm… paró una camioneta. Se bajaron dos, y le dijeron – buenas tardes jefe, buenas tardes. – Sí dígame en qué puedo servirle… - le dijo él… - Mira man, te vamos a hablar derecho, sin tapujos de ninguna clase…Este maletín que está acá, tiene tres millones de pesos. Es para usted. Atrás, viene un convoy, un tráiler, bien cargados de droga, lleno de cocaína va a pasar ahorita acá. Tres millones de pesos le estoy dando para usted. Usted no vio nadaYo quedé así man, ¿y qué hago? ¿Le digo que no? ¿Le digo que no? Cuando me de la vuelta, me van a balear. Ahorita me están dando esto para que yo me calle y yo no vi nada y no pasó nada. Y me lo dijo porque es mi amigo (…) A lo que voy que la policía es corrupta a todos los niveles. Pero es que si no puedes decir que no… dices no yo no quiero esta maleta, por ejemplo, no la quiero, ok, quieres pasar tu droga, pásala pero yo no quiero esa maleta…Ya vieron tu número, ya saben quien eres, dónde vives, quién es tu familia…si eres casado, si tienes hijos… Y saben que ya pasaron y ya te hablaron…Ya no vas a estar tranquilo ya…no te queda de otra (…) Ahora pues me dice que lo que él hizo fue agarrar el maletín, dice que lo llevo, se lo llevo al jefe, al jefe de la comandancia, del destacamento de la policía federal, que está en ---, a la entrada…Y le dijo lo que le pasó y le dio la maleta… Y el jefe le dijo, bueno, aquí lo que queda hacer, la mitad es para ti y la mitad para mí. Yo no vi nada, yo no supe nada… ¿qué fue lo que pasó?... Que se la quedó a entregar…Porque me dice…yo no se si él está corrompido también. Si yo le digo que no quiero nada, se queda él con eso, él le dice a ellos sabes qué… este cuate que no nos tal…Así que, yo no vi nada.”
Cuando bajé del coche y tuve que hacer cola en la facturación, comprendí lo curioso que me resulta el hecho de que en un país tan especial, hospitalario, lleno de vida y tesoros arqueológicos, otro tipo de ruinas corrompa sus cimientos.