Corren
tiempos en los que la casualidad puede ser un arma en la que, acaso, no hayamos
reparado antes. El mundo en 2013 definitivamente va camino de volverse
completamente loco. No hablaremos en esta presentación de la situación mundial
(en primer lugar porque no sabemos, en segundo lugar, porque no queremos). Lo
que haremos será describir, criticar y opinar acerca de la situación mundial.
La
Asociación Cultural “La Llorona” nace como consecuencia de la nada. Emerge del
río del cual se inspira su nombre, en cuyo caudal vertió lágrimas de rencor y
miedo una mujer. La causa de sus lamentos era la perdida de sus hijos. Se
sospecha que fueron ahogados en ese río. Esta leyenda mexicana cuenta que
todavía hoy se escucha su llanto por las orillas. Y quien se acerca demasiado,
logra incluso verla. Dicen que es la misma muerte.
Esta
historia no tendría mayor importancia si no fuera porque una canción que
interpretó la Vargas también se llamaba
Llorona, que interpretó solo como ella sabía en la película Frida. En el film,
la cantante aparece personificando a la muerte. Quizá a partir de la canción de
Chavela podamos trasladarnos a un cuadro, una escultura, un libro o un corrillo
de personas, que también traten la historia de esa misteriosa mujer, cuyo
origen e historia se multiplican en decenas de versiones populares.
En
La Llorona creemos que la cultura es precisamente eso. Buscar conexiones entre
manifestaciones artísticas que nacen de personas y grupos de personas que se
comunican entre sí. Dichos grupos están en todo el mundo, son muy grandes o muy
reducidos, de muchas clases y de muy diversa duración. Actúan continuamente
como un todo enormemente independiente, cuyos mimbres tejidos de arte llenan el
río de agua fresca.
No
sólo pensamos que nuestro ámbito de actuación es la cultura, sino que creemos
firmemente que la cultura está en cada mínimo proyecto que nace y muere. Si
hubiéramos querido crear una Asociación de Pesca En Agua Dulce, también la
cultura tendría cabida en eso que los entendidos llaman ámbito de actuación. Todos actuamos. Siempre. Todo acción, sea cual
sea, está fuertemente significada por un motivo cultural, principalmente.
¿El
objeto de todo esto? APRENDER. Con mayúsculas. De unos y otros. De todo el que
se acerque a “llorar” con nosotros. Nos embarcaremos en proyectos que sobre
todo nos gusten. Esta entidad no nace con aspiración económica alguna. No
queremos vivir de ella. Queremos ser ella y queremos ser libres.
En
definitiva, sea por motivos casuales o premeditados, estamos aquí. Bajo nuestro
nombre cabe todo el que quiera participar. Abajo están algunos de los que
coinciden en nuestra forma de “llorar”. Somos abiertos, informales y
obstinados. No nos pidas seriedad, sino profesionalidad. No queremos ir más que
a donde nos propongamos nosotros mismos. Sin presiones. Sin cadenas.
Esta
es nuestra “razón social”.
CHESKU/RUTH/ANDREA/JAVIER
R.