miércoles, 2 de junio de 2010

Mundo chungo


Con toda la tarde por delante me pongo a pensar en este mundo. Y mi conclusión no es muy original: está completamente loco. No se si la razón es esta apatía que me acecha en estos días en los que el calor ha reventado todas las puertas, y se ha instalado en el sofá hasta aplastarme. Ultimamente escucho muchas opiniones, muchas conclusiones cerradas que no dan cabida a discusión alguna. Verdades rotundas llenas de rabia, como si fueran únicas e individisibles. Con esa apatía, he observado atentamente varias pinceladas de este cuadro digno de lo más grotesco.
El derroche de demostración de fuerza de las Fuerzas Armadas, poniendo a Badajoz en estado de sitio con un despliegue que dicen "ha sido más austero que otras veces", y todos los mortales orgullosos, haciendo país con los bolsillos vacíos; o el cerrojazo policial a Mérida y sus ministros de agricultura, con los verdaderos "ministros de la tierra" detrás de una pancarta; los nervios de los funcionarios y pensionistas, que observan impotentes cómo sus ideas están obligadas a morir, cómo sus verdades pretéritas se convierten en mentiras desnudas ante un espejo, que devuelve una imagen teñida de óleos grises, con esperanzas de cambios hacía lo mismo; o los opositores inundados en sus dudas, ante un sueño inalcanzable y deslunado, que condiciona cada impulso que dan hasta provocar un efecto embudo, teledirigido solamente hacia su montaña de apuntes.

Observo todo el cuadro. De arriba abajo. Y me siento acurrucado en una cueva, salvado de la tormenta. Tengo pocas cosas, y acaso he perdido un poco de magia. Serán las fuerzas ausentes, esta apatía que me acecha. Una guitarra esperándome, un semi sótano lleno de metas en pleno centro, y con "lo que la pena vale" como único pensamiento fuerza, luchando contra el verano, que ha llegado a la puerta de casa con la rapidez que la mano de un mago tiene para sacar el conejo de la chistera. Todo será mirar dentro, porque a lo mejor puedo sacar otro cuadro diferente.
No se si el mundo está loco, no quiero abrazar una convicción que no me convence. Pero lo que es seguro es que podemos pintar un mismo cuadro de maneras antagónicas, según nuestra propia visión. La verdad nunca es única ni indivisible.
Goya tuvo dos visiones de La Romería de San Isidro. Me quedo con la primera, me sueño con la primera.

1 comentario:

Francis dijo...

Ya lo decía Mafalda, sabia donde las haya, "Que paren el mundo, que yo me bajo".

Recuerdo cómo hace unos años venía hacia mí ese sonido que te recuerda a una canción ya escuchada pero que no consigues poner en contexto. Sentías algo extraño en el ambiente que los demás podían o no percibir de la misma forma y, parafraseándote, haciendo apología de esa verdad indivisible de la que alardeaban estar en posesión.

Cuando ya pude despejar esa bruma me encontré con el resultado de ese ir y venir de sitios y gentes, situaciones e historias y me di cuenta de que había algo en el mundo que hacía tiempo había dejado de funcionar. Algo no iba como debería. Había algo que estaba realmente mal.

Dos semanas más tarde cumplí dieciséis años

Cuando fue pasando el tiempo comencé a tener conversaciones no gente que debería ser más sabia que yo al tener mayor rango de edad, pero no supieron darme respuestas a las simples preguntas que les planteaba por entonces. Se dedicaban a la felación recíproca y reflexiva para con sus compañeros sobre esas ideas y esos motivos que ellos tienen y nadie entiende por no ser suficientemente inteligentes para acceder. Bueno, puede que así fuese.

Pronto me vi en posesión de algunos años más y las preguntas se habían convertido en cuestiones, es decir, la consecuencia de cuestionar. Ya no me preguntaba según qué cosas, sino que más bien me cuestionaba el por qué de todo eso que parecía chirriar como rastrillo oxidado por la carrocería de una camioneta. Ahora no preguntaba, ahora exigía respuestas!

¿Y sabes qué encontré? A esos sabios y sabias encanecidos y absortos en sus pensamientos. Ya no hablaban sobre nada ni trataban de solucionar o cuestionar ningún tema en absoluto. Tas tanto tiempo hinchando su ego a base del crédito de los ignorantes había llegado el punto en el que ya no admitían más y, como todo gran imperio, se desmoronaron.

Tiempo después y al ver que nadie se planteaba y todos pretendían llevar su propia vendetta personal contra todo me desentendí. Ya no quería ni sabios ni respuestas. Vi la verdadera naturaleza del hombre, vi la verdadera naturaleza del mundo en el que vivimos y que tratamos de cambiar como ese marido que maltrató una vez a su esposa.

Y cuando conseguí ver de verdad esa naturaleza ya nadie me quería mirar a la cara. Nadie quería verse reflejado ni conocer lo que realmente tenían dentro y sobre lo que habían edificado con elaboradas falacias y un ego prestado de alguna influencia pop-modernista.

Y habrá quien como yo en aquel entonces se pregunte qué funciona tan mal en este mundo. Me reservo el derecho de esa respuesta ya que cada uno debe conocer su propósito y encontrar la suya propia.

Pero si de verdad alguien ha encontrado un sótano en el que esconderse y donde tiene las pocas cosas que realmente importan al final del día, esa persona será la privilegiada. Pues esa será la respuesta a su pregunta.