viernes, 30 de diciembre de 2011

Esta luna










Hace semanas que el frío penetró en los paisajes de esta luna. Cansada de girar, exhausta y sin aliento, se encuentra ella, en medio de un universo de hielo. Esta luna anda todavía definiendo la ruta de su órbita, y por ello se esconde del reflejo solar, por miedo a sus reproches de fuego. Esta luna llora a escondidas en los baños de los bares; es redonda, pero con montículos; es luminosa, pero su lado oculto supone su mitad, nada menos; es cascabelera, aunque su sonido esté apagado.



Con la llegada del invierno, dedica la mayoría de sus noches a colgarse del cielo en su parte más alta, se muestra distante y no acepta ofertas. Desea con fuerzas que muera el año, que cambie el ciclo, que lloren otros. Aguanta firme en el borde de su firmamento, mirando hacia el pasado con miedo, y al frente con recelo.



Esta luna está perdida, tiene hambre y tiene frío; esta luna tiene heridas de última hora, que no avisan, que se vuelven a reproducir cuando las creía superadas. A esta luna le cuesta soñar, porque no puede dormir; ella quiere que le canten y la música se ha ido, con las musas a otra parte. No quiere grandes palacios con pequeños balcones desde donde descolgar sus trenzas de oro, porque ya no tiene trenzas de oro.
Se pierde por callejones, se esconde bajo ramajes. Se convierte en luna llena cuando trasnocha hasta tarde; y al volverse como un plátano, se tumba en una nube a ver pasar el día; hay días en que ni viene, porque esta luna tiene estrés. Y cuando eso sucede, se toma su tiempo y se pide días libres. Esta luna vuela entonces hasta el mar de las gaviotas, pero no encuentra ninguna. Busca a la manada que la arrullaba de noche, pero no parece haber nadie. Esta luna oye el silencio y le tapona los oídos.



Lo que mantiene viva a esta luna es reflejar los mejores colores. Se convierte en amarilla cuando piensa en ti; se vuelve roja cuando canta fuerte; y se torna en azul cielo cuando se arrima a unas cuantas estrellas embriagadas.
Esta luna quiere que acabe este año, para poder empezar a recordar los momentos felices; sólo así cree que podrá romper a soñar de nuevo.




FELIZ 2012.

1 comentario:

la cocinilla dijo...

¿Cuántas lunas hay así en el universo inmenso? Son incontables... algunas demasiado cercanas como para incluso darse a conocer, otras tan lejanas que ni en su imaginación las hallará... Ella refleja colores como sentimientos, pero que no sea ese el bálsamo que le de vida. Aunque sea apagado, que recuerde que tiene su propio color que en el futuro brillará con más fuerza que antes. Que aunque se intente esconder, otras lunas la recuerdan y cuentan con ella por siempre. Que aunque años luz las separen, saben que sus órbitas se encontrarán cada cierto tiempo, y eso las ilusiona y les devuelve una sonrisa.

Feliz 2012, querida luna, pero piensa que aun tienes dos días de órbita en el 2011 que no puedes desperdiciar. Nunca sabemos cuando la gravedad cambiará, removiendo los planetas (pensamientos), estrujando el universo (alma) y cerrando los agujeros negros (negatividad).

Feliz 2012, querida luna.