Apura ya sus últimas horas el día de Extremadura, que de paso, va echando el cierre a un verano de los más largos que recuerdo. En mi opinión, una de las escenas más valiosas de la historia del cine, es aquella en la que Billy Hayes se dirige a un tribunal turco, en un último alegato para defenderse de la pena de treinta años que están a punto de imponerle, por un hecho que, ni mucho menos, merece esa condena: “La grandeza de una sociedad se mide por su capacidad para tener piedad, por su sentido de la justicia”. Si aplico la frase a nuestro entorno más próximo, puedo comprobar lo mucho que nos cuesta perdonar las cosas más banales. No lo digo como una crítica, porque todos bebemos en el mismo río, pero me llama la atención que el castigo es, en muchas ocasiones, inversamente proporcional al hecho cometido. Y empiezo a sentir que nos equivocamos.
Si abandonamos deliberadamente a alguien, seremos abandonados pronto; si obligamos a nuestros amigos a elegir entre opciones, acabaremos por no ser elegidos nosotros mismos; si esperamos de los demás lo mismo que nosotros damos, podemos empezar a cortarnos las venas; si no somos capaces de perdonar y mirar adelante, muy mal vamos. A todos los niveles, en todas las causas.
Mirar adelante, proponerte el futuro y conseguirlo con los que te acompañan, los que te quieren elegir, y de los que tú te quieres rodear. Ese es el secreto más fácil de entender, y a la vez, el más siniestro y difícil de llevar a cabo.
Si abandonamos deliberadamente a alguien, seremos abandonados pronto; si obligamos a nuestros amigos a elegir entre opciones, acabaremos por no ser elegidos nosotros mismos; si esperamos de los demás lo mismo que nosotros damos, podemos empezar a cortarnos las venas; si no somos capaces de perdonar y mirar adelante, muy mal vamos. A todos los niveles, en todas las causas.
Mirar adelante, proponerte el futuro y conseguirlo con los que te acompañan, los que te quieren elegir, y de los que tú te quieres rodear. Ese es el secreto más fácil de entender, y a la vez, el más siniestro y difícil de llevar a cabo.
2 comentarios:
Totalmente en desacuerdo...
Aún así, me encanta leerte, gracias por compartir tus palabras.
Besukis Silvia
Chesku lo que acabo de leer me ha hecho pensar, y sí, puede servir para recapacitar, para pensar en aquellas personas que he ido dejando atrás.Antes de hacerlo,eché paciencia, pasaron años...y al final me decepcioné...
No tengo una opinión que me convenza, pero lo que si creo es que me rodeo de todas las personas que me gusta tener a mi alrededor.
A partir de ahí...el tiempo me dirá.
Un besino hermoso. Adriana.
Publicar un comentario